Una vez identificadas las necesidades y definida la visión general de la identidad visual requerida, realizamos una segunda entrevista para profundizar y establecer aspectos clave como el estilo visual, las posibles rutas creativas y la filosofía que debe transmitir la imagen de marca.

Aunque a simple vista este paso pueda parecer innecesario, es uno de los más fundamentales en el proceso. Cuanta más claridad y visión tengamos sobre el proyecto, más preciso será el enfoque, facilitando la creación de un diseño único que no solo irradie personalidad propia, sino que también conecte de manera auténtica con su audiencia. Este es el cimiento de un trabajo visual que destaca y trasciende.

Ahora sí, deja todo en mis manos. Es el momento de conceptualizar la propuesta, crear los recursos necesarios para los usos específicos que requieras, y desarrollar tanto el manual de identidad como la presentación final del proyecto. Juntos daremos forma a una identidad visual que sea única, funcional y llena de personalidad.